GOLEÓ SIN GUSTAR
Aunque parezca un contrasentido, eso le sucedió a la selección sub-15 de Canelones en su enfrentamiento con Las Piedras. El equipo azulgrana ganó por 5 a 1 jugando de visitante, pero dejó más dudas que certezas. Contra el equipo más flojo de la serie, Canelones tuvo un primer tiempo dantesco, y solo cambió pisada en el segundo período, tras las variantes del técnico Sergio Delgado.
Fue tan malo lo de nuestra selección en el primer tiempo, que esos 40 minutos se hicieron eternos. Nuestros jugadores no realizaron en todo ese período de juego, ni tres pases seguidos. Más aún, una selección como Las Piedras, plagada de buenas intenciones y esfuerzos, pero completa de dificultades de todo tipo (tanto así que presentó un solo suplente, y uno de sus arqueros de reserva jugó de defensa), llegó a complicar a nuestro team durante pasajes de ese primer acto. Obvio, que debido a esas mismas complicaciones, no pudo hacer gran daño, otra podría haber sido la suerte de nuestros muchachos si el rival era de mayor fuste.
No es por pegarles a los chicos, ni tampoco al entrenador, pero jugamos un encuentro contra una selección que tenía un balance en contra calamitoso, protegiéndonos demasiado. Comenzamos el juego con 5 defensas que jamás se desdoblaron en ofensiva, incluso durante la transmisión de Minuto 90 por la 90.1 FM Ideal, se destacó que había más saques de banda, que pases concretados.
En esa opera de la confusión que fue el primer período, Las Piedras se encontró con un penal a favor, justo y merecido. El remate de Martín Rodríguez se estrelló en la red de nuestro portero, y ante la incredulidad de propios y extraños, los “pedrenses” se pusieron arriba en el marcador. Vale destacar, que ese fue el primer gol de Las Piedras en toda la serie.
Por el resto del período inicial, el encuentro no cambio. Por algún impulso individual estuvimos cerca del empate, pero no se pudo observar jugadas de equipo, futbol combinado o planes estratégicos marcados.
La azulgrana surge
El rezongo de Delgado habrá sido suntuoso, porque sus dirigidos salieron con otra disposición en el complemento. Sin ser gran cosa, Canelones salió dispuesto a demostrar su superioridad. Esa nueva disposición, más algunas variantes de nombres, pero también tácticas y posicionales, permitieron el resurgimiento de nuestro combinado. Inmediatamente, la catapulta de goles no tardó en llegar.
Romeo, el enamorado del gol, perforó dos veces la valla “pedrense”. Rodríguez, Ferreira y Perego completaron la lotería. Sin embargo y pese al 5 a 1 final, todos nos quedamos con un sabor agridulce. Lo visto de Canelones en esta serie, no da para grandes ilusiones. Estamos al borde del precipicio, esperando que nos funcione la marcha atrás. Herramientas futbolísticas y espirituales hay, por lo menos para confiar en una recuperación, que no puede pasar del próximo rival. Sarandí del Yí nos enfrentará con viento en la camiseta, depende de nosotros el futuro de esa eliminatoria.